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sábado, 16 de abril de 2011

Mundo fugaz


Mundo fugaz

Por Manuel A. Hernández Giuliani

A pesar de lo iluminada por el sol, la habitación tenía una atmósfera pesada, en general de colores pasteles que deja ver la melancolía con que estaba decorada, la ventana con una cortina estilo rococó abierta de par en par de color blanco translúcido, dejaba ver las ruinas de una catedral abandonada hacía muchos años. A pesar de no tener alguna nube que manchara al cielo, la habitación seguía deprimente.

Paredes blancas soportaban un techo color ocre claro, por no decir beige, tan solo conectadas por una cenefa que hacia juego con las cortinas. Con mucho espacio en las paredes y solo tres pinturas bajo la misma firma: Julie Hazelwood. Una de ellas con un sujeto pintado con un gran parecido a Tommy.

Estacionados al lado de cada esquina de la iluminada ventana, de un blanco curtido por el uso y abuso, hay dos sillones de un solo puesto cada uno. Entre los dos sillones se encontraba un parlante, de esos que se usaban en los años setenta, el típico cajón de madera, y al frente una tela negra, de esas que al contacto dan escozor.

En uno de los apoyabrazos, del sillón más cercano, un pequeño tren de juguete esperaba inmóvil; y sobre el otro apoyabrazos reposaba una dormilona, femenina, totalmente rasgada y manchada quizás por la lujuria olvidada por el tiempo.

En el suelo varios long plays: Pink Floyd The Wall, otro de Peter Hammill y por último Punch junto a su Judy. Al lado de ellos un rompecabezas, sólo le faltaba una pieza, la pieza más importante, la que posee el corazón del bufón, el mismo que yace en la cama.

A un paso de los sillones les acompañaba un viejo TV de botones por cada canal. Debajo él VHS que aún daba la hora correctamente. Encima de la TV la caja de un pequeño bufón, aún sonreía de su última broma, sobre él mucho polvo y su franela manchada de sangre. Un solo stilleto negro, o quizás azul marino, aguijoneaba la punta de la sabana de la pequeña cama de la habitación.

Al lado de la cama, debajo del cuadro parecido a Tommy se acurrucaba otro sofá, éste en cambio era de dos puestos, encima del sofá una sabana rosada que esconde mucha suciedad, debajo de la sábana se deja entrever una calavera, al trasluz se nota su sonrisa cínica. Sobre el sofá estaba un camaleón tratando de robarle, con su lengua, un anillo de matrimonio a una urraca que se dispone a huir, pero que no da el paso final. Parecen dos amigos jugando a policías y ladrones.

Lo más singular de la habitación seguía yaciendo sobre la cama, inmaculada y para una sola persona, de sábanas de algodón azul. La revista Billboard tirada en una esquina, como si fuera una revista de crímenes pasionales. Al lado de la cama un viejo retrato al óleo de Joseph Grimaldi, seguía triste, pero con su sonrisa forzada a través del maquillaje. Sobre el cuadro caía un brazo inmóvil, que sostenía un copa llena de vino que jamás fue sorbido; su contenido estaba dividido en dos: la mitad en la copa, la otra mitad en el suelo.

Al otro lado de la cama, la mano derecha apretaba, para no dejar escapar, una flor de amapola, tan hermosa y peligrosa. Detrás del brazo se aprecia otra pieza de colección, un Walkman, su pequeño cordón nos guía al rostro inerte del bufón con mirada perdida, no logro distinguir si el momento es mortal o tan solo otro viaje con un retorno doloroso. El cuerpo desnudo luce pálido, sólo estaba cubierto por una pequeña manta de seda sobre sus partes y lo que le quedaba de su traje multicolor en una de sus piernas.

La habitación posee un olor de vino rancio, humo y suciedad. Sobre la estática de la TV que se acaba de encender se forma una garra que desea salir del mago de la cara de vidrio. Sobre un espejo al lado de la cama, el reflejo de aquel bufón se mimetiza en un camaleón.

Detrás está la puerta de madera de chapilla marrón oscura aun abierta, salgo corriendo por ella hasta no recordar lo que había pasado. Con el tiempo los recuerdos de aquel mundo fugaz regresan, deambulo por las calles buscando la catedral abandonada siguiendo el deseo de despedirme del bufón.

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